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SUCRE

El sucre y la independencia monetaria regional

Caracas, 04 Mar. ABN (Emma Grand).- Laura es de Bolivia, y en un futuro no tendrá que solicitar dólares para visitar a sus amigos que viven en Quito. Tampoco Miguel, que es de Nicaragua, necesitará bolívares para pasar unos días en Caracas. Raúl, que reside en Venezuela, se olvidará del córdoba para ir a Managua y Julia, quien es de Cuba, del lempira para ir a Tegucigalpa.

Lo mismo le pasará a Adrián y a Luis, que son ecuatorianos y gustan ir a La Habana. Ya no necesitarán de pesos cubanos para visitar la isla, y José, quien es hondureño, y siempre viaja a La Paz, dejará de comprar bolivianos, porque el sucre será la moneda que se usará en la región.

Esto es una apuesta imaginativa de lo que permitiría hacer a los pueblos de los países que se aventuran a crear una moneda regional.

Lo mismo ocurrió con ciudadanos de la Unión Europea. Ellos nunca imaginaron que con la conformación, en 1979, de la Unidad de Cuenta del Sistema Monetario Europeo, denominado ECU (European Currency Unit, en español Unidad Monetaria Europea), 20 años después tendrían en sus manos el euro, una moneda regional que de manera directa ha beneficiado a las personas que viajan por la zona euro, pues no tienen que perder tiempo y dinero en cambiar divisas.

Sucre

El Sistema Único de Compensación Regional, cuyo acrónimo es sucre, denominación de la antigua moneda ecuatoriana, que dolarizó su economía en 2000, es otra iniciativa de los gobiernos de los países de la Alternativa Bolivariana para los pueblos de nuestra América (Alba) y el gobierno de Ecuador, como una propuesta más para enfrentar la crisis económica mundial.

El sucre aún no existe, su nacimiento está en conversaciones, pero es una realidad su creación, pues cuenta con la voluntad política de un bloque de países de la región, necesaria para su fundación.

En sus inicios, el sucre, que será una moneda sin emisión física, se utilizará para valorar los intercambios comerciales y financieros entre los países de la región. Los Estados miembros de esta iniciativa son: Bolivia, Cuba, Dominica, Honduras, Nicaragua, Venezuela y Ecuador.

El sucre será una Unidad de Cuenta Común (UCC), como lo fue los inicios el euro cuando era ECU, y su valor dependerá de una canasta de monedas.

Esta canasta estaría conformada por monedas locales de los países del Alba (el boliviano de Bolivia, el peso cubano de Cuba, el dólar del Caribe Oriental de Dominica, el lempira de Honduras, el córdoba de Nicaragua y el bolívar de Venezuela), y Ecuador (que usa el dólar ecuatoriano), y es la que determinará el valor de la UCC.

La participación de cada moneda en la conformación de la canasta corresponderá al peso relativo de cada economía de estos países internacionalmente. Para esto deben determinarse las variables para establecer la ponderación o peso relativo de la participación de las monedas locales en la canasta. También deberá establecerse la convertibilidad del sucre con otras divisas (euro, dólar).

El establecimiento de esta cesta de monedas permitirá, en un segundo momento, poder avanzar en el proceso de integración monetaria mediante la creación de lo que ya sí sería una auténtica moneda regional con emisión física, según información de la mesa técnica que estudia la creación del sucre.

Para el manejo de esta moneda bastará la creación de una Cámara de Compensación de Pagos, en donde cada Estado miembro mantendrá una cuenta abierta, que podría hacerse en los Bancos Centrales de los países participantes o en el Banco del Alba (Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América).

Impacto inmediato del Sucre

Esta moneda permitirá la complementariedad de las economías de los países del Alba y Ecuador, es decir, “lo que necesita el otro país y lo que yo tengo, orientados hacia un comercio justo y beneficioso hacia los pueblos”, explicó el economista venezolano Robert Bonillo. Los consumidores de los países de la región tendrán acceso a nuevos productos.

En consecuencia, aumentará el bienestar de los pueblos de la región, pues el tener mayor capacidad de intercambio generará mayor actividad, más empleo, inversión e intercambio. “La idea de tener una unidad de cuenta común es generar estabilidad en el mecanismo de cambio para que aumente el comercio interregional”, dijo.

De manera directa, los países de la región que usen esta moneda dependerán menos del dólar, lo que los protegerá de la inestabilidad de esta divisa. Su puesta en marcha supondría en sí mismo un avance hacia la necesaria independencia regional monetaria y financiera.

Entre otros beneficios para los países miembros, este nuevo sistema de pago intraregional reducirá las transacciones cambiarias y, de esta manera, las necesidades de reservas internacionales para fines de intercambio comercial internacional.

Se desdolarizan las relaciones comerciales entre los países miembros, ya que saldrían de la circulación los dólares habitualmente usados en las múltiples transacciones comerciales y financieras en el interior de la región, según información de la comisión técnica que estudia la creación del sucre.

El euro como antecedente

El euro es la moneda única de la Unión Monetaria Europea que fue adoptada por 11 Estados miembros el 01 de enero de 1999. Estos 11 Estados miembros son: Bélgica, Alemania, España, Francia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Países Bajos, Austria, Portugal y Finlandia.

Antes de la conformación de esta moneda, la Comunidad Europea (hoy la Unión Europea) creó en 1979 la Unidad de Cuenta del Sistema Monetario Europeo, que denominó ECU, y que fue reemplazada por el Euro el 01 de enero de 1999.

Su nombre, ECU, etimológicamente escudo, que viene del griego skytos, es representativa de la numismática francesa, la referencia obligada en la Europa continental durante cuatrocientos años, desde su origen en el siglo XIII, acuñadas por primera vez por Luis IX, antes de partir a las cruzadas, y que bajo distintas improntas, circuló hasta el siglo XVII.

ECU, por su resonancia francesa, no era del agrado de todos los miembros de la Comunidad Europea. En la reunión de Madrid se optó por llamar Euro a la moneda única comunitaria, teniendo una paridad 1:1 con el ECU. Nunca se acuñaron monedas de ECU, salvo para ocasiones conmemorativas y para coleccionistas.

Al igual de lo que será el Sucre, el ECU era una moneda cesta, compuesta por la suma de cantidades fijas de doce de las quince monedas de los Estados miembros.

Para los ciudadanos de los países de la región que tendrán acceso al sucre, esta moneda tendrá la misma utilidad que para los de la Unión Europea tiene el Euro. Ésta se utilizará de la misma forma que su moneda nacional actual, pero la diferencia real se apreciará al viajar a la zona sucre. Desaparecerá el uso del dólar para poder realizar el cambio de moneda.

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